viernes, 26 de septiembre de 2014

King Crimson - Epitaph

¡Bon nuit melómanos!

Acá estamos ante una nueva edición de la recomendación semanal de la rana, que en esta ocasión llega con un bello clásico del rock.

Hace unos meses revisaba la edición 2012 de los 500 mejores discos de rock de todos los tiempos, según la Rolling Stones. Y pasando las páginas me doy con la sorpresa que no está mi disco top 1, y eso que mantuve la esperanza hasta llegar a la última página, incluido los créditos de la citada revista.

La cuestión es que no aparecía un material que fue inspiración de generaciones y el primer disco (acá puede abrirse la polémica) de rock progresivo. Perdí la fe en la publicación. 

El disco al que hago referencia es el maravilloso y mágico In the Court of the Crimson King. Y en esta ocasión les presento la canción "epitaph" que aparece en aquel disco que vio la luz en el año 1969.

King Crimson en 1969

¿Han pensado en el texto de su epitafio?, ¿o al menos cuál será tu última frase al dejar este mundo? Son preocupaciones a tener en cuenta y detalles dignos de la biografía de cualquier persona. Ahora ya no siento tan urgente la necesidad de dejar huella, en forma de epitafio, de los últimos instantes de la existencia. Es más, ahora la gente posmoderna tiene la iniciativa de cremar su cuerpo llegado el momento de la finitud; práctica que en un futuro lejano dejará sin empleo a mis colegas antropólogos físicos (que de por sí ya es complicado conseguir empleo) y pasaremos a ser los fotógrafos callejeros independientes del mañana.

La muerte es un tema amplio y que puede ser abordado desde muchos puntos de vista. En su sentido orgánico, es el cese de todas las funciones vitales del organismo, entonces es parte inherente de los seres vivos. El hombre siempre ha mostrado preocupación por este tema, tanto que ha sido base de una de las instituciones más fuertes, como lo es la religión.

Entonces, sabiendo que la muerte es un proceso de la vida y que nos tocará tarde y temprano, ¿por qué nos afecta tanto? Esto debe radicar en sus aires de incertidumbre que le rodea, ya que nadie, que sepa yo, ha regresado de la muerte para contarnos. Lo que sí es seguro es que su presencia es una ruptura y genera caos social.

Spinetta dice que las personas no temen a la muerte en sí, a lo que realmente temen es al sufrimiento que les pueda causar su llegada, pero el concepto de muerte no es el causante del pavor a la no-existencia, sino al dolor físico que puede originar ésta.

Y bueno, así es la finitud de la vida; no es como el velocista de Zenón que nunca llega a la meta, por virtud de que siempre tiene que recorrer la mitad de lo establecido y esto puede ser divisible al infinito. Todo tiene su final. Esto es más cercano a lo que alguna vez oí a un comentarista deportivo: "el balón traspasó la línea de meta y entró al arco, cumplió su cometido para lo que fue creado". 

Ahora si se preguntan cómo me gustaría que fuese mi fin, me voy por la letra de "el pirata", aunque tengo reservada una bizarrez.

Y para cerrar, cinco epitafios de consideración:

01 - Armand-Jean du Plessis, (1585-1642): "Aquí yace un famoso cardenal que hizo más mal que bien. El bien que hizo lo hizo mal; el mal que hizo, lo hizo bien".

02 - Michel de Notre-Dame, Nostradamus, (1503-1566): "No envidiéis la paz de los muertos".

03 - Miguel de Unamuno, (1864-1936): "Sólo le pido a Dios que tenga piedad con el alma de este ateo".

04 - Jean-Baptiste Poquelin (Molière), (1622-1673): "Aquí yace el rey de los actores, en estos momentos hace de muerto y de verdad que lo hace bien".

05 - Enrique Jardiel Poncela, (1901-1952): "Si queréis los mayores elogios, moríos".

Disfrutaos.




Y de yapa, más King Crimson, un impresionante viaje en el mar, "in the wake of Poseidon", extraído del homónimo disco, posterior al nombrado líneas arriba.








viernes, 19 de septiembre de 2014

Claudio Gabis y La Pesada - Más allá del valle del tiempo (trilogía fantástica)

¡Buen día melómanos!

El Cajón de la Rana vuelve al ruedo con su recomendación musical de la semana después de un largo descanso vacacional y ya asentado en nuevas tierras.

Y es justo donde me encuentro en este momento, escribiendo este texto, en donde inicia el recorrido y tenemos la primera pista para toparnos con una ruptura en el espacio/tiempo. Y es partiendo desde el puerto del Callao, con dirección hacia Auckland, en Nueva Zelanda, donde podemos dar con la ciudad de R'lyeh, morada de Cthulhu, ésta es caracterizada por su onírica arquitectura no euclidiana. 

Siguiendo el llamado llegaremos más allá del Valle del Tiempo, donde todo indicio de realidad, tal como la conocemos, no existe ni tiene sentido físico. Estamos en la zona limítrofe de la razón y la locura. 

Y es así como Lovecraft juega con nuestras mentes al llevarnos a esta dimensión en donde gobiernan los dioses antiguos, inspiración directa de la mitología sumeria. Todo este conocimiento llega a nuestros tiempos a modo de literatura fantástica a través del Necronomicón y la odisea de la difusa imagen del personaje denominado "el árabe loco".

¿Y dónde es que se confunde la realidad con la ficción? ¿O es que simplemente están mezcladas? Los pueblos antiguos entrelazan su conocimiento científico con la mística y la religión. Por ello es que podemos encontrar información valiosa y tangible entre las fuentes documentales del pasado. Y nuestra cultura también presenta este mecanismo de afianzar el conocimiento, y un claro ejemplo es la nomenclatura de las constelaciones.

Otro ejemplo bastante enriquecedor es el de la antigua práctica medieval para obtener espadas de acero con mayor temple, para ello se recomendaba contar con un esclavo para que en el momento de la forja se dispusiera la espada al rojo vivo sobre la espalda de la infortunada persona. Esta cruel e inhumana técnica daba óptimos resultados ya que ocurría un proceso de veloz enfriamiento y el nitrógeno a elevadas temperaturas dota de mayor dureza al acero. El héroe legendario de Canción de Hielo y Fuego, Azor Ahai, templó su espada en el corazón de su esposa, Nissa Nissa, para acabar con una espantosa oscuridad…

Claudio Gabis


Y bueno, retomando la música, la obra de Lovecraft ha sido fuente de inspiración para muchos artistas (o intentos de) en la creación de sus obras. Así es como llegamos a la república Argentina del año 1972 en donde Claudio Gabis lanza su primer disco solista, teniendo como apoyo a la banda La Pesada del Rock and Roll, para interpretar sus temas basados en el blues y la psicodelia. Y es en este disco homónimo donde componen una trilogía basada en Lovecraft y su mundo fantástico, denominada, precisamente, trilogía fantástica. Así tenemos los temas: “Fiebre de la ruta”, “Más allá del valle del tiempo” y “El viaje de lord Dunsany”; que son los temas que hoy aparecen en esta recomendación.

Disfrutaos.





jueves, 4 de septiembre de 2014

Flor de Loto - El charango perdido

¡Buen día melómanos!

Hoy los sorprendo con una nueva recomendación musical, desde el pantano a la ciudad, de anuro a melómano.

En esta ocasión viajamos en nuestro avión progre de Sevilla a Perú (prometo que no siempre la recomendación será de rock progresivo), particularmente a la Lima de aires andinos. 

El grupo que oirán a continuación se llama Flor de Loto. Formados en 1998, recién sacan su primer disco homónimo en el año de 2004. Su influencia es netamente del progresivo de Jethro Tull, sazonado con toques andinos; en este caso, la flauta transversal de Ian Anderson sufre una transformación en quenas y zampoñas. En 2007 sacan su segundo material titulado Madre Tierra y es ahí de donde extraigo el track 2 para ustedes: "El charango perdido". 

Advertencia: Ahora viene un poco de historia.

La historia musical del Perú tiene muchos matices. Tenemos como primer antecedente autóctono la música que se elaboraba en los andes que es muy reconocida y reconocible, ésta ha pasado de generación en generación, sufriendo su propia transformación evolutiva que le da el tiempo y que va de la mano con su historia, hasta llegar a nuestros días; en muchas ocasiones los instrumentos de viento son versionados por instrumentos de cuerda, clara muestra del elemento sincrético español.

Flor de Loto

Lima siempre ha tratado de alejarse del mundo andino (hablando a manera de bloque cultural, ya que geográficamente se encuentra en la costa o chala). Lima es una ciudad que se aparta de su lado indígena, aunque exista actualmente un orgullo chauvinista del mundo indígena del pasado, es la pleitesía al “indio muerto”, al constructor de las ruinas prehispánicas, al forjador de la sorprendente orfebrería de la costa norte, al compositor de los antiguos yaravíes, etcétera; cuestión que hace idealizar una cultura, al extremo de creer que el Inca medía dos metros y que el pueblo indígena actual es una degradación, una involución. ¡Bullshit!

No está de más decir que la sociedad limeña es una sociedad racista y es ahí donde retomo la materia musical. La capital necesitaba un estilo musical propio, algo que representara a la ciudad, un nuevo sonido que los inspire y sea crónica de sus días. Existía ya la música andina, pero Lima tan lejos de los andes y tan cerca de aspirar ser europeos, adopta el vals originario de Austria.

El limeño comienza a componer con un tempo de 3/4 y así nace el vals criollo peruano. Aunque se quiso dejar de lado el sonido andino, su influencia es tan latente que las guitarras evocan el milenario sonido serrano del Perú, así como también lleva una enorme influencia de ritmos negros de la costa. Como decimos por allá: un arroz con mango.

Ahora ya es un muy común utilizar la fusión como expresión musical y contamos con grupos como Uchpa, La Sarita, Bareto, los mismos Flor de Loto, entre otros, que han revalorizado los múltiples sonidos del Perú en versiones más modernas para las nuevas generaciones y las no tan nuevas que crecieron con la famosa frase: “escucho de todo menos chicha”. (*) 

Y bueno, espero que les guste este aporte. No queda más que decir que disfruten de la música.

(*) Nota: Dícese del estilo musical psicodélico con influencia de sonidos andinos, de gran auge entre la población que migró de los andes a la capital peruana.




Y como ya es costumbre, su yapa (pilón) casero, "Danza celta":





lunes, 1 de septiembre de 2014

Triana - Sé de un lugar

¡Bonjour melómanos!

Es tiempo de una edición más de la recomendación musical de la semana a cargo de tu pata, compa, cuate, parse: Slippy, la rana.

Y en esta ocasión, algo de historia musical e ibérica. Vamos a tocar nuevamente el tema del rock progresivo, porque aparte de ser un tema extremadamente amplio y fascinante, se trata de una pasión muy particular. 

Repaso rápido: tenemos al rock en su forma general, que viene a ser la gran materia y que posee muchas ramas divergentes; tal como un árbol filogenético (término muy reiterado en este espacio, pero que ayuda a la comprensión al categorizar los elementos en cuanto a cronología e influencias).

La raíz de este frondoso árbol es el blues (ver imagen adjunta, extraída de la película "La Escuela de Rock", con Jack Black). Este género brota de los cantos que realizaban las comunidades afrodescendientes que se dedicaban al cultivo del campo en Nueva Orleans, al sur de Estados Unidos a finales del siglo XIX.

Árbol filogenético del rock

A partir de esas bases si seguimos el árbol señalado− pasamos del rhythm & blues al doo-wop; de ahí tenemos una bifurcación entre el funk y el soul, tomamos este último camino y nos topamos con el psychedelic rock para llegar a nuestro destino: el progressive rock, largo camino que representa acumulación de conocimiento y experiencia. Todo un viaje, y en esta oportunidad se trata de uno en primera clase a Sevilla.

Ya habíamos tocado el tema de que el rock progresivo tuvo acogida en varias partes del mundo y que tenía la característica de que cada banda añadía elementos propios de su folk nacional. Es por ello que esta variante musical tiene un valor agregado. Por estas mismas características es que el progresivo puede incorporar cuerpos musicales tan disímiles a la base del rock; estructuras muy diferenciadas de la raíz del árbol, el blues.

Triana es un banda de progresivo español que inició su vacilón a mediados de los setenta, justo en la fase liminal de lo que fue el franquismo. El año en que sacan su primer disco (El Patio, 1975) coincide con el de la muerte de Francisco Franco.

El primer disco de Triana es una maravilla, el primer contacto que tuve con él fue de una inmensa sorpresa, de las gratas; un paroxismo de placer auditivo. Y es que a estos muchachos locos se les había ocurrido fusionar su natal flamenco con el rock, y como producto final tenemos una muy interesante propuesta. 



Con esta música podemos sumergirnos mentalmente en las empedradas calles de Sevilla, en donde nos sorprende la mañana el canto del gallo; y sincronizar nuestro ritmo con las campanas mientras nos dejamos fluir con el sonido del correr del riachuelo de del sur de español; este bello paraje va enmarcado con el resonante acompañamiento de la guitarra flamenca; y en momentos, esta paz es rota por la incursión de solos de guitarra eléctrica, la cual es segundada por todo el ejército del progresivo: melotrón, batería y bajo.



Triana


Este primer material (que les recomiendo escucharlo completo) es de una notable presencia folk, y esto incluye las letras. Ya para el segundo disco (Hijos del Agobio, 1977) se tornan más políticos, aunque de manera abstracta. Y era de esperarse, después de muerto Franco, las libertades para la crítica al régimen eran mucho mayores; España tuvo en ese entonces un cambio radical, una completa revolución social y Triana no fue ajeno a ello. Otra vez, la música y el contexto social en un engranaje perceptible y latente, potente retroalimentación del arte con la historia.

Pues ahora estoy de promoción y les dejo dos canciones de Triana, una del primer disco y la otra del segundo. Pues aquí presentamos: "Sé de un lugar", de El Patio, y del segundo disco tenemos "Sr. Troncoso"; para muchos críticos es su mejor canción, yo discrepo, ustedes tendrán su propia opinión.

Sin más, ante sus oídos, Triana. Disfrutaos.