¡Rimaykuiki melómanos!
Hoy llega la recomendación musical de la rana y en esta ocasión viajamos a los frescos campos del norte italiano para oír esta excelente y muy famosa banda de progresivo: Premiata Forneria Marconi, PFM para los amigos.
La canción que les traigo en esta ocasión es la de "Impressioni di settembre", del primer disco de este grupazo: Storia di un minuto, que vio la luz en enero de 1972. Esta canción nos canta una oda a la vida, a la naturaleza, a la fuerza vital generadora y su reciprocidad benévola con el ser humano; la relación de respeto entre el hombre del campo y su medio ambiente, macrocosmos y microcosmos en armonía.
Ya el olor de la tierra, olor a trigo, sube despacio hacia mí y la vida en mi pecho late suave. Respiro la niebla, pienso en ti.
Cuanto verde a la redonda y aún más allá parece casi un mar de hierba. Y ligero mi pensamiento vuela y va, casi tengo miedo a que se pierda.
Esta celebración a la vida es muy revitalizante, personalmente me llena de energía. Posee un toque claro de folk italiano que me trae a la mente, inobjetablemente, a Vivaldi y sus cuatro estaciones, de manera especial, "la primavera".
La manera en que encontré esta canción fue un acto de serendipia, es decir, un hallazgo inesperado, es una eventualidad cuando uno busca algo en concreto y encuentra una cosa distinta. Un ejemplo clásico es el de Cristóbal Colón que se encontró con el continente americano cuando realmente quería llegar a la India, o cuando Fleming desarrolló la penicilina gracias a un cultivo inesperado de bacterias.
Premiata Forneria Marconi
Pero bueno, mi caso no es tan revolucionario para la humanidad, pero en mi experiencia personal sí lo fue. Yo contaba con ocho años de edad y me encontraba hurgando entre las pertenencias de mi primo Guillermo en busca de unos cómics de Astérix, y en eso encuentro una caja llena de discos de vinilo, la cual me dio muchas satisfacciones auditivas y su sólo recuerdo dibuja una sonrisa en mí.
Posteriormente, buscando entre aquella colección, me encontré con una portada que me llamó profundamente la atención por sus rojos tan vivos y un misterioso rostro inexpresivo, traía las siglas "P.F.M."; una imagen de inspiración onírica. En este punto es bueno resaltar que ya algunos años atrás se había acabado la dictadura militar y ya se permitía la importación de productos foráneos, entre ellos, los discos musicales.
Inmediatamente saqué el disco y lo coloqué cuidadosamente en la tornamesa. Luego de un pequeño intro, llegó a mis oídos esta hermosa pieza musical que me dejó en un trance total y con la que ahora los deleito. Musicalmente me cambió la vida, me abrió un mundo, sentía que rompía con lo que yo conocía por "música" en ese entonces, era un transgresor de normas, claro, estaba acostumbrado a oír lo que oyen mis padres: José José, Camilo Sesto, Los Pasteles Verdes, Los Morochucos, etcétera. PFM fue un parteaguas, me aficioné a ese disco, que lo terminé rayando, y también le tomé vicio a la caja musical, que fue el inicio de un romance con la música, melómano al fin.
Nuestro propio espíritu humano nos lleva a ser curiosos e indagar, es un fuerte impulso el de la búsqueda del conocimiento, el de aprehender lo que se encuentra a nuestro alrededor y con ello sentirnos cómodos, seguros, estables al tener pleno control de nuestro medio. Es por ello que la naturaleza llega a tener un aire de misticismo, ya que llega a sobrepasar nuestra comprensión y, además, las fuerzas naturales son tanto destructivas como benéficas, tiene el humor bipolar de una deidad; esto puede deberse a la reminiscencia de un arquetipo pagano.
Listo, pues mucho debraye por hoy, denle play a la rola y disfrutaos.
Pd: Como yapa les dejo algo mucho más moderno de PFM: "La revoluzione", de su disco Serendipity del año 2000 (todo el floro de la serendipia no era en vano).
No hay comentarios:
Publicar un comentario